¿POR QUÉ MI HIJO O HIJA NO ARTICULA CORRECTAMENTE?
Es bastante frecuente encontrar familias que detecten que su peque no pronuncia bien algunos fonemas. Esto puede suponer una preocupación para esas madres y padres que ven como a su alrededor, otros niños y niñas de la misma edad, sí que articulan adecuadamente los diferentes sonidos del habla.
Este apartado estará dedicado a informar de cuáles pueden ser las causas que ocasionen esta dificultad de articulación, así como qué fonemas deberían tener adquiridos según la edad.
Siempre se debe tener en cuenta que cada peque es un mundo y que tiene su propio desarrollo. No obstante, la adquisición de lenguaje sigue un orden evolutivo que va de la mano de la maduración de los niños y las niñas. Es decir, los fonemas se van aprendiendo conforme el grado de dificultad, cuánto más dificultad suponga su articulación, más se tardará en adquirir. No es hasta alrededor de los 6 años de edad cuando se considera que un niño o niña debe tener dominados todos los sonidos del habla. Antes de esta edad, entre los 2 y los 4 años, si se presentan estas dificultades, pueden achacarse a su proceso madurativo.
¿QUÉ DEBE SABER PRONUNCIAR MI HIJO O HIJA SEGÚN SU EDAD?
- Dos años y medio: se considera que debería pronunciar la /b/, /p/, /m/ y /t/, así como las vocales.
- Tres años o más: se consolida la adquisición de los fonemas anteriores y, además, comienzan a articular los fonemas /f/, /g/, /j/, /ch/, /k/, /l/, /n/ y /ñ/.
- Cuatro años: sabe pronunciar los fonemas /d/, /z/, /s/, /r suave/ y sinfón de /l/ (bl, pl, fl, cl, gl).
- Cinco años: utiliza el fonema /rr/ y sinfón de /r/.
- A los 6 años ya estarían todos los fonemas adquiridos, aunque es posible que el fonema /rr/ esté todavía en proceso de aprendizaje.
A medida que se adquiere el lenguaje oral, es normal que los niños y las niñas cometan errores, sustituyan unos sonidos por otros u omitan sonidos dentro de palabras, dejándolas a la mitad o acortando la palabra, pero conforme se van desarrollando, lo habitual es que dichos errores vayan desapareciendo.
¿CUÁL PUEDEN SER LAS RAZONES POR LAS QUE MI HIJO O HIJA NO PRONUNCIA ADECUADAMENTE?
No obstante, ¿qué ocurre cuándo observas que estas dificultades se alargan en el tiempo y no consigue pronunciar correctamente? ¿A qué puede deberse?
- Por un lado, la causa puede ser madurativa, pueden deberse a la edad o a que está en proceso de adquisición. A medida que el niño o la niña va madurando, el fonema se va produciendo.
- Por otro lado, puede ser consecuencia de una alteración orgánica en las estructuras orofaciales (dientes, labios, mandíbula, lengua, paladar, frenillo).
- En ocasiones, puede estar relacionado con una deficiencia auditiva o una dificultad para discriminar fonemas, provocando una confusión de sonidos y dificultades en la captación y discriminación de la información.
- Finalmente, si no se debiera a ninguna de las razones anteriores, la causa sería funcional. Esto supone una mala coordinación, posicionamiento, fuerza y movimiento de las estructuras fonoarticulatorias. También puede estar implicada una respiración inadecuada o incapacidad para imitar sonidos o movimientos.
¿QUÉ PODEMOS HACER CÓMO MADRES Y PADRES?
En primer lugar, lo ideal sería acudir a un centro especializado para que valoren las dificultades y, en base a los resultados y observaciones, puedan ser una guía es este proceso.
Es importante que os comuniquéis de forma clara y sencilla. Siempre a la altura de vuestro hijo o hija con el fin de que observe los movimientos de la lengua y los labios al realizar los diferentes fonemas.
Además, no se deben corregir estos errores de forma tajante y directa, sino simplemente darle a vuestro hijo o hija el modelo de cómo debe hacerse, repitiéndolo correctamente, haciendo énfasis en la pronunciación correcta que queremos que realice.
Para que las cosas salgan y se aprendan, lo más importante es practicar y repetir.
Cómo ya mencionamos al principio, los problemas de articulación suelen ser bastante frecuentes, pero cuánto antes se detecten, más rápido se solucionarán. Una intervención rápida es lo ideal para el niño o la niña ya que si estas dificultades se mantienen en el tiempo pueden interferir en otros aspectos como la correcta adquisición de la lectoescritura o provocar un impacto emocional y/o social en los peques.