El desarrollo motriz es fundamental en las diferentes etapas de movimientos de los niños y las
niñas. La psicomotricidad se divide en motricidad fina y motricidad gruesa. La motricidad fina
se refiere a aquellas acciones en las que se encuentran involucrados los músculos pequeños
(los músculos de la cara, de los dedos, de los ojos etc.). La motricidad gruesa es aquella que
hace referencia a las acciones y movimientos que implican grandes grupos musculares que
involucran a grandes partes de cuerpo o a todo el cuerpo en general. (Mendoza Morán, 2017)
tales como correr, saltar y mantener el equilibrio (Burgos Hernández y Hernández Alarcón,
2025).
En esta entrada vamos a centrarnos más concretamente en la motricidad gruesa, explicando
desde cuándo debe empezar a estimularse, cuales son los beneficios de su estimulación y qué
papel juega la Terapia Ocupacional para su desarrollo.
Estimulación temprana de la motricidad gruesa
La estimulación temprana en el desarrollo de la motricidad gruesa ayuda a los niños y niñas a
mejorar la coordinación, el equilibrio y el desarrollo de las habilidades locomotoras. Además, favorece
su estado socioemocional y promueve una vida saludable, fortaleciendo su crecimiento y
desarrollo integral (Cazarez Valdiviezo y Ávila Guaman, 2024).
Tal y como comenta Sanipatin Guevara y Delgado Mendoza (2022), el desarrollo de la
motricidad gruesa en los niños y niñas va pasando por diferentes fases a medida que ellos y
ellas van adquiriendo y perfeccionando diferentes habilidades motoras. Es importante recalcar
que este aprendizaje es progresivo y que cada niño o niña lo va adquiriendo a su propio ritmo.
Motricidad gruesa y Terapia Ocupacional
Para trabajar la motricidad gruesa de los niños y niñas y que su desarrollo sea lo más efectivo posible, es
importante trabajar de forma interdisciplinar con profesionales como docentes,
psicopedagogos o terapeutas ocupacionales (Sanipatin Guevara y Delgado Mendoza, 2022,
Acevedo, 2022 y Valero, 2022).
Desde Terapia ocupacional se trabaja el desarrollo de la motricidad gruesa a través de
actividades que sean significativas y de interés para el niño o niña con el objetivo de mejorar
su autonomía personal en las actividades de la vida diaria, así como en otras facetas
importantes de su día a día (educación, juego y ocio y actividades instrumentales).
Como comentaba anteriormente, es importante trabajar a través de actividades significativas
para fomentar la motivación. Tratándose de niños y niñas, sus actividades más significativas
son los juegos. Algunos juegos que se podrían realizar con ellos y ellas son los siguientes:
- Saltar a la comba.
- Juegos con obstáculos.
- Bailes y movimientos coordinados.
- Trepar y escalar.
Bibliografía
Acevedo, J. (2022). Naturaleza de la ciencia y educación científica para la participación
ciudadana. Revista Latinoamericana de estudios educativos. 8(5), 350–370.
Burgos Hernández, N.D, Hernández Alarcón, J.L. (2025). Efectividad de programas de
Educación Física estructurada en el desarrollo de la motricidad gruesa en niños preescolares.
RICEAFS Revista de Investigación en Ciencias de la Educación, Actividad Física y Salud, 2(1), 10-23
Cazarez Valdiviezo, J.L, Ávila Guaman, D.E. (2024). Estimulación temprana en el desarrollo de la
motricidad gruesa de niños de 2 a 3 años. LATAM Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales
y Humanidades, 5(2), 1859-1873. https://doi.org/10.56712/latam.v5i2.1992
Mendoza Morán, A.M. (2017). Desarrollo de la motricidad fina y gruesa en etapa infantil.
Sinergias educativas, 2(2), 10-20.
Sanipatin Guevara, G. M., y Delgado Mendoza, H. (2022). Estrategias didácticas innovadoras
para el desarrollo de la motricidad gruesa en educación parvularia. Revista Observatorio Del
Deporte, 8(1), 36-49.
Valero, J. F. (2022). Habilidades motoras fundamentales en preescolares chilenos. Pensar en
movimiento. Revista de Ciencias del Ejercicio y la Salud, 20(1), 1-14.